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Cloud, Hybrid, On-premise, visión del 2023

11 octubre 2022 | Iñaki Calvo

Si algo, poco, hemos aprendido en ICM durante estos más de 15 años de servicio, es que la mayor dificultad que existen en una empresa de tecnología es decidir qué tecnología desplegar y usar con nuestros clientes. Más aun si quieres ofrecer las últimas novedades.

Y lo cierto es que, durante todos estos años, las decisiones se han acabado tomando con un cierto grado de azar. Por supuesto que hemos dedicado, y dedicamos, cada año enormes cantidades de tiempo y dinero en laboratorios que nos permiten evaluar las diferentes opciones que van surgiendo, pero cuando firmas la compra de una nueva infraestructura, siempre tienes un pensamiento volteando por tu cabeza diciendo «Anda que si la cagas!».

Hemos de decir que, hasta hoy, hemos tenido suerte y las tecnologías que hemos ido usando han ganado la posición del estándar y nos ha permitido salir al mercado con una solución reconocida y con solvencias. Ahora, ¿Será siempre así? Tenemos serias dudas.

Algunos ejemplos de dilemas entre dos tendencias:

  • iSCSI Vs Fiber Channel
  • SAN Vs NAS
  • Citrix Vs Vmware
  • 40 Gbe Vs 40 Gb fibra

Al final, haciendo un pequeña revisión en estos puntos, tampoco es que fueran tecnologías opuestas o divergentes. Simplemente que, por exigencias de las partnerizaciones que los fabricantes exigen, una empresa de tamaño mediano o pequeño no puede estar en «misa y repicando». Ha de hacer una apuesta y tirar adelante con ella.

Desde que apareció la virtualización (en la que algunos actores se quedaron por el camino, o casi) la lucha ha sido más encarnizada si cabe. Y el motivo principal ha sido que los conceptos de virtualización, todo y que se basan en los mismos principios, la forma de llevarlo a cabo puede diferir mucho y, lo que aprendes para un entorno, para el otro no te sirve nada. De hecho, tenemos la sensación que los fabricantes, los grandes actores del Cloud lo hacen adrede. Es decir, que pretenden diferenciarse con «cosas» que el otro no haga. Y es casi imposible, porque las miradas siempre están vigilantes y con ganas de copiar las novedades del rival.

Tanto es el grado de evolución y de divergencia que el temor a equivocarse va in crescendo e incluso llega a provocar que las empresas se vuelvan más conservadoras si cabe y mantengan un pie siempre donde «siempre les ha funcionado».

El mejor ejemplo son los Clouds, como decíamos. Existen 3 grandes formas de tener cargas de trabajo para tu negocio:

  • Cloud Público (Azure, AWS, Google,….)
  • Cloud Privado (Nutanix, HP Greenlake o si antiguo Simplivity…)
  • On-Premise basados en fabricantes tipo Dell, HP, Lenovo….

Y luego están los «listos». Los que quieren estar con un pie en cada lado. Los que te ofrecen Cloud Público (Azure Cloud) y un Cloud Privado (Azure Stack, que, por cierto, ha sido un verdadero fracaso). Esto ocurre porque estos grandes actores tienen el dinero por castigo y quieren competir en cualquier oportunidad. No os adelanto nada nuevo si os digo que el mercado, los penaliza ;).

Pues en esas estamos en los últimos 5 años y con una progresión en los próximos 5 que hace temblar al más prudente.

Y es que la magia ya no está tanto en ver qué tecnología es la mejor para cada uno si no en cómo integrarla de la mejor forma para los requerimientos de tu negocio.

Si me preguntasen cuál sería mi apuesta, usaría el método «Rajoy»: Depende.

De verdad que un negocio, y menos con la que se nos avecina, no puede correr riesgos innecesarios y es primera necesidad el hecho de aplicar un principio de prudencia. Y claro, os preguntaréis, ¿Cómo aplicas la prudencia en un mundo con tantas opciones y tan evolutivo? Pues, desde el punto de vista de ICM, entendiendo qué necesitas y huyendo como alma que lleva el diablo de las modas y los hypes.

Lo creáis o no, y los técnicos somos los mayores responsables, el mundo de la tecnología se alimenta del hype constante. Se dedican ingentes cantidades de dinero en promover con márqueting muy creativo tecnologías nuevas, incluso que no nos hacen falta. Y, como buen hypero, quien invierte, se convierte de forma automática en una legionario de su apuesta tecnológica (¡Por Dios! ¿No vamos a admitir que hemos tirado el dinero?).

Creo que la mejor situación es recurrir a empresas consultoras/integradoras, como ICM, donde los presupuestos no son infinitos y donde las inversiones están muy bien pensadas. Más aun si descubres un partner que te acompañe y que te diga dónde se ha equivocado y que evite que lo hagas tú.

Nuestra previsión para el 2023 es simple: No te la juegues. Pregunta. Pregunta a varias empresas. Pregúntales qué recomiendan y qué usan. Cuando encuentres a alguno que te diga que usa tal tecnología pero que no te la recomienda, cásate con él. Tendréis una vida, igual no muy feliz, pero sí sincera y fructífera.

Lo más difícil es encontrar confianza. La pervertida frase «consejos vendo que para mí no tengo» debería estar alejada del comportamiento de un consultor como Dios (o Energía) manda 🙂